Pepa Espinoza, una arquitecta con distintas facetas de artista
Tu papá y mamá son profesores de educación física de la PUCV, ¿nunca pensaste dedicarte a eso?
No, jajaja. Cuando chica estuve en todo tipo de deporte que te puedas imagina, entretenido. No era buena ni competitiva, no servía para eso. Como estilo de vida me gusta, eso sí.
¿Cómo llegaste a la arquitectura?
Mi abuela era profesora de arte. Era muy regalona de mi abuela y ella me enseñó muchas cosas de arte, también patronaje, aprendí a hacer mi propia ropa. Yo creo que asocié un momento agradable con el dedicarme a las artes manuales y crear cosas. Entré a plan común en la Escuela de Arquitectura de la PUCV.
Cuéntanos de tu transición de la arquitectura a la ilustración.
Al terminar la carrera, me fui a Francia con una beca del ministerio de la Cultura y las Artes y al volver comencé a trabajar en una oficina de arquitectura y nunca lo he dejado. Pero hoy trabajo de lunes a jueves ahí y el resto del tiempo lo dedico a mi proyecto.
Nunca pensé que esto podía pasar, pero en el fondo siempre quise que pasara. Era algo que necesitaba. Pescar el lápiz y dibujar con libertad. Lo que hice fue profesionalizar un hobby y siento que ha funcionado.
El año pasado trabajé con una marca australiana y ahora con una francesa. Así voy entre mi trabajo A y mi lado B, que es mi pyme.
¿Y cómo descubriste la cerámica?
Hace tiempo venía tomando cursos diferentes, hasta que tomé uno de modelado y esmaltado en cerámica. Era en Santiago, duraba 4 clases y me terminé quedando 3 meses. Viajaba de Viña a Santiago embarazada de 5 meses.
La cerámica me encantó porque tiene algo de escultórico, algo de artesanal, algo de utilitario. Unía características que me motivaron. Y quise seguir descubriendo, experimentando con grez, loza..
¿Cómo empezaste a monetizar esta afición?
Me costó un montón subir fotos a las redes sociales, pero lo hice. Y ahí empezaron a llegar pedidos, propuestas de trabajo.
Partí haciendo cerámicas personalizadas, regalos de matrimonio, cosas para la casa. De ahí salté a la ilustración: calendarios, libros para colorear.
Qué te gusta más: ¿flores o animales?
La mezcla. Me gusta sacarlos de contexto.
¿Construir o diseñar?
Mm…diseñar, visualizar, soñar.
¿Cuál es tu relación con los sueños, qué te atrae?
En la cerámica y el dibujo me atrae saber que no hay límites, ni reglas, no te equivocas al crear: puede ser que no te guste el resultado o no tenga aceptación, pero no está “malo”; a diferencia de un proyecto de arquitectura que puede estar rotundamente malo si te equivocas. Como no hay reglas, me doy permiso para fantasear, para jugar, cosas que en el cotidiano a veces no nos lo permitimos.
¿Alguna película o libro que te inspire?
Crónicas marcianas, de Ray Bradbury. Y muchos libros de ilustración.
¿Alguna colaboración importante para ti?
“Talento Local, Orgullo Latino” de Falabella, que salió el 2023. Es la colección más grande que he hecho hasta ahora. Se hizo en simultáneo en Falabella Chile, Falabella Colombia y Perú. Había una artista de cada país. En Chile éramos dos (Conca Collage y yo). Trabajamos para los departamentos de Menajes, Regalía y dos más.
Cada diseñador trabajó una línea de productos para hogar o regalos, desde bandejas, cojines, mantas, puzles, tazones…Fue muy bueno, varios productos se agotaron en nada de tiempo, como los cojines, bandejas y otras cosas.
En marzo 2024 te invitaron a participar en “Colores de Pascua”, los huevos gigantes instalados en el Parque del Recuerdo. ¿Ahora en qué proyecto estás?
Estoy trabajando por primera vez con una marca de EEUU. Es Inkkas Footwear, una marca de zapatillas y sandalias. Fue algo diferente de todo lo que había hecho y el resultado fue super entretenido. Hicieron una colección primavera-verano con los diseños que les propuse, bien coloridos, que se lanzó hace 10 días. Venden online, así es que podemos ver zapatos Inkkas en Chile.
¿Sientes que tienes un don?
Creo que esto se va aprendiendo, es una mezcla de motivaciones con aprendizajes. El dibujo y el arte es algo que me gusta y estoy todo el día pensando en eso, paletas de colores… Es algo que se va entrenando.
Desde el 2017 María José trabaja en distintos proyectos de ilustración y cerámica, con un estilo que fusiona la realidad y la fantasía creando mundos mágicos en donde la naturaleza, los sueños y los colores están siempre presentes. Desde su taller en Viña del Mar hace clases de cerámica e ilustración a quienes quieran crear con sus propias manos.
Red Alumni PUCV