Nicole Arredondo, Alumni PUCV, y su trabajo por reducir la pobreza
Octubre fue el mes de la sostenibilidad en la PUCV. Hubo acciones de reciclaje, plogging y muchas actividades para estudiantes y la comunidad en general.
En la Red Alumni PUCV estuvimos presentes mostrando a titulados y graduados de la universidad que, con su trabajo, aporten a alguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Se montó una exposición de 12 testimonios en pendones que se expusieron en varios Campus.
Una de las Alumni que estuvo en la Exposición fue Nicole Arredondo, con quien pudimos conversar más en profundidad.
¿Cómo fue tu paso por la PUCV?
La PUCV siempre estuvo como primera opción dentro de las universidades en las que yo quería estudiar, y donde quería desarrollarme en la carrera de kinesiología.
Fue un logro personal haber llegado a la PUCV. Me marcaron las personas que me rodearon, los aprendizajes que tuve, la calidad de los docentes; pero, sobre todo, fue la casa que me recibió para poder cumplir este sueño de formación profesional con el que uno viene, y me abrió un nuevo mundo de personas con las que me relaciono hasta hoy.
¿Cómo ha sido tu trayectoria profesional?
Mi trayectoria laboral se cruza con mi experiencia universitaria. Durante mi primer año, coincidí con Romina Cabrera, con quien éramos compañeras en el liceo. Ese año decidimos postular a los Fondos de Acción Social de la universidad y se nos ocurrió hacer un proyecto en conjunto.
Con Romina, buscamos un lugar donde poder llevar a cabo este proyecto y por error llegamos a una iglesia que nos llamó la atención. Afuera estaba el Padre Gonzalo Bravo quien nos dijo que podíamos llevar a cabo el proyecto en esa iglesia, que era La Matriz.
En ese tiempo estaba el grupo de Infancia Misioneros, donde desarrollamos el proyecto y trabajamos con los niños del Padre Pionono. Con el paso del tiempo, nos empezamos a involucrar de manera voluntaria con la familia La Matriz, mientras ambas terminábamos los estudios.
Cuando finalicé la carrera, se inauguró la Corporación La Matriz y uno de los primeros proyectos en que trabajé fue en el Programa de Futvalores, programa de fútbol que busca transmitir valores a los niños del Barrio Puerto. Fui llamada como encargada del área de la salud y comencé a atender a niños lesionados. Este programa fue parte importante de mi aprendizaje personal.
¿Cómo ha sido tu trabajo estos años en la corporación La Matriz?
Partí en el área de salud, luego estuve a cargo de la coordinación y de proyectos. Después de trabajador muchos años de coordinadora y gestora del programa de Futvalores, fui nombrada directora de La Matriz
Mi rol actual en la corporación ha sido administrar el funcionamiento regular de todos los programas, gestionar la postulación de recursos, mantener convenios con las distintas instituciones y estar desarrollando constantemente ideas para que la misión de la corporación sea sostenible.
Ahora pueden desarrollarse prácticas de estudiantes de kinesiología y trabajo social PUCV en el Barrio Puerto, y eso es algo que me llena, estoy ayudando a que los alumnos tengan ese aprendizaje acá, y a su vez, que la comunidad pueda acceder a esos sistemas de servicios.
¿Llevas algo de la universidad en lo que haces hoy en día en tu trabajo?
Sí, considero que la PUCV se distingue no solo por la excelencia académica, sino que también por la diversidad de personas con las que te puedes relacionar y que eso te permite abrir tu mundo. Entrar a esta universidad, en mi caso, me ayudó a conocer más Valparaíso y el Barrio Puerto.
Mi paso en la PUCV con mi trayectoria en La Matriz, en conjunto, me han ayudado a ponerme al servicio de las personas y eso te hace dejar una huella que va más allá de los servicios profesionales.
La Matriz es un espacio donde te enfrentas a la humanidad que todo profesional debería de cultivar en su quehacer; te acerca a la realidad que está ahí cuando sales al puerto.
¿Cuál crees que sería la misión que tienes en La Matriz, que es lo que quisieras lograr?
Creo que el desafío en general es poder sostener en el tiempo el trabajo que se ha realizado, mantener los lazos y las estructuras financieras, sociales y humanas que te permiten seguir adelante. Y que vayan mejorando para dignificar a los usuarios.
Me interesa mucho el trabajo con la niñez, con las infancias, porque es una tarea que tiene que cambiar hoy, ese es un desafío en el que estamos trabajando para los niños y jóvenes del Barrio Puerto, generando espacios agradables que fortalezcan sus derechos, capacidades, sana recreación y su desarrollo en el ámbito social, físico, emocional.
La Matriz aporta el ODS 1, vinculado al Fin a la Pobreza, ¿cómo lo enfrentan?
La Matriz apunta a la reducción de la pobreza entendiéndola a nivel multidimensional, es decir en todos sus aspectos: sociales, materiales, cuidados y de reducción de desigualdad. Esto se trabaja de manera conjunta; entregamos dignificación humana al poder acceder a servicios básicos y además tener un desarrollo socioemocional.
Buscamos y promovemos lo mejor para el Barrio Puerto y la comunidad, desde distintos roles, la iglesia desde un ámbito más espiritual, el comedor 421 tiene equipos de voluntarios que trabajan directamente con la realidad más dura de las personas en situación de calle, que es acoger, entregar alimentación y ropa. En el marco de servicios comunitarios de la Corporación La Matriz está el acceso a espacios de salud, como el consultorio oftalmológico, programas con kinesiólogos, psicológicos y el acceso a los espacios de representación jurídica con abogados.
¿Qué te gustaría lograr en un futuro próximo?
Quiero invitar a que se puedan sumar más instituciones y organizaciones a ello, ese es mi principal sueño, que se sigan construyendo más espacios para contribuir con la niñez en el Barrio Puerto y en todos los lugares.
Red Alumni PUCV